miércoles, 5 de febrero de 2014

JULIO BALDERRAMA: La ciencia, el laberinto borgeano y el caso de las muñecas rusas (Edición de Domingo Tavarone)

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Algunas ACLARACIONES editoriales



         Este artículo está fechado por su autor en 1989. En ese momento el profesor Balderrama se encontraba dictando el seminario Introducción a los estudios orientales y preparaba el que dictaría al año siguiente: Introducción a la poética.

         Por eso mismo parece adecuado interpretar que fue pensado expresamente para ellos y de hecho lo distribuyó e incluyó como soporte bibliográfico en el año 1990, en ocasión del segundo de los seminarios.

         Esto me ha permitido inferir con cierto fundamento el subtítulo del trabajo, que no figura en el original: Los límites de la epistemología o Hacia una epistemología de lo poético, pues en su concepción el lenguaje poético puede ayudarnos a superar los límites de los modelos científicos y filosóficos cuando nos adentramos en el misterio de ese naufragio que es la situación límite de la vida misma. O como lo dice el autor, de ese “aceptarse náufrago en el misterio”.

          Si bien la puesta en contacto de este trabajo con el seminario Introducción a la poética permite una lectura más comprehensiva, es decir, contextualizada, el trabajo que difundimos acá puede leerse y aprovecharse de manera independiente, es decir, puede en-tenderse, en el sentido de que podemos entrar en su núcleo  entreabriendo una puerta a la sospecha, que es como decir, podemos dar un paso que avance sobre el “realismo ingenuo” que, si me permiten una expresión de mesa de café, es una creencia que calma los nervios.

         Desde el punto de vista formal he respetado en original en su conjunto. Sólo me he atrevido a modificar la extensión de algún párrafo o alguna puntuación, sobre todo porque téngase en cuenta que este material estaba destinado a trabajarse en clase, por lo que la presentación escrita se prestaba a algunas (muy pocas) modificaciones formales.

         Lo destacaba en cursiva se corresponde estrictamente con el original, sólo que en éste se destacaba mediante subrayados.

         Nuevamente reitero lo dicho en otra oportunidad sobre la leyenda “edición de Domingo Tavarone”: deseo que se la interprete no como la atribución de algún merecimiento sino como la responsabilidad editorial de quien da a conocer un texto inédito en ausencia de su autor, con todas sus implicancias. Sobre todo por el atrevimiento de haberlo subtitulado.



                                                             Domingo Tavarone
                                                             23 de enero de 2014

1 comentario:

  1. ¡Qué bueno! Justamente lamentaba no haberme traido en este viaje este trabajo, que dejé impreso allá. Tava: leí tu mensaje y lo que me sucede es que cuando quiero contestarte por esta vía, se me abre el Outlook (que hace años no uso y no recuerdo cómo configurar), en el que, para colmo, no deja visible tu dirección de correo. Te paso la mía aquí, ya que no tengo problema en que se conozca en este sitio: dariofarina2000@gmail.com
    Un gran abrazo.

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